La limpieza facial durante la quimioterapia es tan importante como la hidratación y reparación. Debe realizarse por la mañana al levantarnos, y por la noche, antes de acostarnos.
A través de la piel, eliminamos quimio, y por lo tanto, debemos limpiar esas toxinas, para que no se acumulen en nuestra piel y, junto la polución, el maquillaje, etc, nos produzca irritación, sobre todo ahora que nuestra piel está sensible.
¿Pero qué ocurre con el agua micelar para la limpieza facial? ¿Está indicada en casos de tratamiento oncológico?
El agua micelar no está específicamente diseñada para el tratamiento de la quimioterapia. La quimioterapia es un tratamiento médico complejo que utiliza medicamentos para combatir el cáncer, y la elección de productos para el cuidado de la piel durante la quimio debe ser discutida con el equipo médico que supervisa el tratamiento.
Durante la quimioterapia, es común experimentar efectos secundarios en la piel, como sequedad, sensibilidad y enrojecimiento. En algunos casos, el agua micelar puede ser una opción suave y bien tolerada para limpiar la piel, ya que no requiere enjuague y no contiene fragancias ni alcohol, lo que puede ser beneficioso para personas con piel sensible.
Pero ¡Cuidado! ¿No tienen jabón? ¿Seguro?
Todas las aguas micelares contienen surfactantes (sustancias que limpian la piel estilo jabón, pero técnicamente no son jabones), que a pesar de que son gentiles, lo ideal es NO dejarlos sobre la piel porque pueden resecarla’, afirma.
De hecho, para comprobar que el agua micelar contiene surfactantes, hay un experimento que puedes hacer en casa, el cual consiste en remojar un pedazo de toalla en el agua micelar y soplar por detrás de la parte humedecida para verificar si hace espuma. OMG! (Ve al minuto 1:40 para intentarlo tú misma)
¿Tu agua micelar hace espuma? Entonces, ¡es un hecho que contiene surfactantes! Y si bien este elemento del agua micelar no es malo y resulta necesario para limpiar la piel, lo ideal es enjuagar después de la aplicación para prevenir la piel seca.
Sin embargo, cada persona es única y los efectos de la quimioterapia pueden variar. Por lo tanto, es importante consultar con el médico o con un especialista en oncología antes de utilizar cualquier producto en la piel durante la quimioterapia. El equipo médico podrá proporcionar recomendaciones específicas basadas en la condición del paciente y los efectos secundarios que pueda estar experimentando.
